Rocío Campana Campos
En Perú el 15 de marzo del 2020 se declaró la Emergencia Sanitaria por 15 días inicialmente y luego se fue prorrogando hasta el 07 de setiembre. Adicionalmente se estableció el Estado de Emergencia Nacional quedando suspendidas las garantías constitucionales y el Aislamiento Social Obligatorio (cuarentena). Con la reactivación económica la cuarentena continúa para menores de edad y personas de la tercera edad.
El cierre de centros laborales, comerciales e instituciones educativas para evitar la expansión del brote del COVID 19, originó el confinamiento de las personas en sus hogares enfrentando la combinación del trabajo remoto y la atención de las responsabilidades familiares.
¿En este panorama como se relacionan las trabajadoras del hogar?
Era verano cuando se declara la emergencia sanitaria, muchas trabajadoras del hogar se encontraban laborando en las casas de sus empleadores ubicadas en los balnearios peruanos, tuvieron que permanecer allí ante la prohibición de desplazarse y por temor a perder su trabajo.
La mayoría se ha quedado sin trabajo e ingresos, agudizando su precaria situación económica. Aquellas que pudieron laborar, no recibían algún tipo de implemento de protección (mascarilla, guantes, etc.) a pesar que ellas salían a realizar las compras a tiendas de la zona. Asumieron una carga mayor de trabajo durante la cuarentena. Ellas al exponerse al virus se encuentran infectadas y por temor a la discriminación no revelan su real estado de salud.
La informalidad del trabajo doméstico
En Perú, el 70% de la Población Económicamente Activa (PEA) labora en situación de informalidad, como es el caso de las trabajadoras del hogar. Según cifras del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo – MTPE son 395,171 las trabajadoras del hogar y el 95% son mujeres. (Científica)
Las trabajadoras del hogar reciben el 50% de los beneficios laborales (salario, vacaciones, gratificaciones) en comparación a lo otorgado por las leyes para el resto de trabajadores de la actividad privada. La alta informalidad es otra característica, el trabajo oculto del trabajo doméstico remunerado no permite conocer el real universo laboral porque no se registra a la trabajadora del hogar, muchas de ellas son menores de edad, no tienen un contrato de trabajo que señale sus labores y horarios, la remuneración se pacta entre las partes, no todas gozan de gratificaciones en fiestas patrias y navidad; la mayoría no tiene acceso a los servicios de atención de salud y del fondo de jubilación. Si sufren un despido ilegal no son indemnizadas.
A ello se suma el trato discriminatorio por su lugar de origen, muchas son migrantes de las zonas alto andinas; sufren el maltrato de los miembros de la familia para la cual laboran; no se respeta un horario de trabajo ni para el estudio. El hostigamiento laboral y acoso sexual es otro problema que enfrentan; queda silenciado en la casa que laboran. Su condición de gestantes o lactantes pone en riesgo su continuidad en el hogar donde trabajan.
Una lucha permanente por sus derechos laborales y humanos
Lo importante es que existen organizaciones sindicales de nivel nacional (federaciones) y regional que le brindan capacitación sobre sus derechos laborales, impulsan campañas de sensibilización con el trabajo doméstico, realizan incidencia en diferentes espacios de decisión para lograr mejoras y cambios fundamentales para ellas.
La ratificación del Convenio 189 OIT por el estado peruano se realizó en el 2018, después de 07 años de su adopción en Ginebra; y ha sido el resultado del esfuerzo permanente de sus organizaciones como la FENTTRAHOP (Federación Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar del Perú). Las realidades en el mundo son distintas, la precariedad es la misma, el Convenio es necesario para terminar con las desigualdades.
Ahora estamos en la fase de implementación del convenio internacional, en esa ruta el Ministerio de Trabajo a través de la R.M.N° 284-2019-MTPE aprobó el Plan de Acción de cumplimiento de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores del hogar 2019 – 2021. Sus objetivos específicos son:
- Promover su formalización laboral a través de fortalecer su empleabilidad y los sistemas de registro e información para empleadores y Trabajadoras del Hogar;
- Promover y difundir sus derechos laborales fundamentales;
- Promover y difundir mecanismos de denuncia y fiscalización del cumplimiento de sus derechos.
Un paso concreto es la reciente RDG N° 0001-2020-MTPE/2/15; norma legal que aprueba lo siguiente:
La FENTTRAHOP ha formulado sus observaciones y mantienen un rol proactivo y propositivo frente a las iniciativas gubernamentales para que no se vulneren sus derechos.
Finalmente, el 16 de junio la Comisión de Trabajo del Congreso de la República aprobó por unanimidad el Pre Dictamen para una nueva ley de trabajadoras del hogar; el siguiente paso es el debate en el pleno del Congreso. Este avance también es el fruto de la lucha incansable de ellas que aspiran a la derogatoria de la actual Ley 27986 que recorta sus derechos laborales.
La lucha de las trabajadoras del hogar es parte del debate de la economía del cuidado, la igualdad remunerativa, la no discriminación, la violencia y acoso sexual laboral; contribuye a la valorización del trabajo doméstico y su aporte a la economía del país.
Lima – Perú, 16 de julio del 2020
Rocío Campana Campos
Consultora Socio Laboral y Género